La inspiración principal de este capítulo en la caótica historia de esta Chara enloquecida viene de la escena introductoria de la película Deadpool & Wolverine (¡¡recomendadísimo!! pero solo si eres lo suficientemente tolerante a escenas de violencia y chistes inapropiados).
- Silencio.
- Frío.
Es esto lo que una humana mágica percibe al despertar de un largo sueño. Mira a su alrededor, el suelo es blanco, helado, no muy suave que digamos. Enormes árboles crecen hasta la infinita oscuridad de la caverna.
Se levanta con una enorme pereza sobre sus hombros, bostezando. No hay señales de algún monstruo o humano cerca. Todo es una inmensa soledad en el bosque nevado.
Empieza a caminar, analizando lo que hay. Tranquila, despreocupada. Una sensación extraña recorre su espalda, como haciéndole saber en qué clase de juego está ahora.
Entre árboles algo más pequeños, encuentra lo que parece un puesto de vigilia, solo que está hecho con cartón y pegado con fideos. Con curiosidad, mira atentamente esta pobre construcción.
Pese a no poder leer lo que hay escrito en el cartel justo enfrente suyo, hay otro detalle que llama mucho su atención:
- Polvo.
Una fina capa de polvo recubre sutilmente el cartón. Este descubrimiento hace sonreír a la niña, con una gran perversidad.
- — Ah, lo único que no me gusta de este lugar es que no hay cómo diferenciar la nieve del polvo, SUPONGO QUE ALGO DIVERTIDO ESTÁ POR OCURRIR =)
Finalmente, Chaos Chara se está emocionando por el juego al que ha llegado.
De un salto llega a la cima de estos árboles, saltando entre las ramas y agitando la nieve que cae. Buscando, rastreando, a quien sea, para empezar a desahogar su emoción.
Subiendo y bajando de las pilas de nieve, finalmente localiza a alguien, un humano. Pequeño, con ropa azul, equipando un cuchillo de juguete como arma.
Chaos salta hasta alcanzar a este humano, su mirada era más fría de lo usual, no parece sorprendido por la aparición de una criatura con apariencia humana como ella. El niño lo desafía inmediatamente, apuntándola con su inofensiva arma.
Sin mayor preocupación, Chaos toma al humano del cuello, con una fuerza que hubiera matado a cualquiera al instante.
Pero este no es el caso de este pequeño humano, quien tiene demasiada DETERMINACIÓN como para dejarse vencer. Pese a no poder usar toda su fuerza, con un movimiento de su cuchillo de juguete logra hacer un pequeño corte en el brazo que amenazaba su vida.
- — Eres rudo, ¿eh? Jajaja — Apretando un poco más su agarre. — Dime, ¿a cuántos has matado? ¿Pocos? ¿Algunos? ¿Muchos?
No hay respuesta.
- — ¿O tal vez... a todos?
El humano sonríe.
- — Lo suponía, el olor a MUERTE aquí es abundante, ¿no crees? — Riendo por lo bajo.
Lo lanza al aire, haciéndolo llegar varios metros por encima del suelo, para luego saltar hacia su víctima y agarrar sus tobillos. Para sorpresa del humano, este extraño ser no desciende por la gravedad, se mantiene flotando.
Chaos empieza a agitar al humano fuertemente, provocando no solo que se maree, si no que caigan todos los objetos que tenía encima.
Cuando estaba segura de que su inventario quedó vacío, lo deja caer sobre la nieve, y desciende ella también. Toca varias veces su cabeza, pero el humano no responde. Al parecer ha quedado inconsciente.
Agarrándolo del pelo y mirando su rostro carente de expresión, la humana mágica se echa a reír.
- — ¡JAJA!¡Eso fue fácil! Te voy a mantener con vida, ¡solo por si acaso!
Chaos se va caminando con su rehén siendo arrastrado como si fuese un saco de papas. Más pronto que tarde encontraría un puente y, al otro lado de este, un pueblo. Frío, silencioso, como un pueblo fantasma.
Empieza a caminar en saltos alegres e infantiles por el lugar, donde aún se huele el miedo de la gente que pudo huir, no sin antes arrojar el cuerpo inconsciente del humano hacia el árbol de navidad.
Hay una tienda enfrente suyo, la puerta está bloqueada, así que, propio de su naturaleza destructora, Chara destruye la puerta para entrar. Encuentra algunos dulces y una nota que no se dio la molestia de revisar. Roba todo lo que encuentra y lo devora asegurándose de disfrutar cada bocado.
Y entonces, la emoción basada en exceso de azúcar se apodera de ella. Primero mira sus manos, abriendo y cerrando los puños un par de veces, para luego reír y cargar sus puños con energía.
De un solo golpe, la mitad de la tienda quedó en los escombros.
Al siguiente golpe, no solo destruyó la otra mitad de la tienda, si no todo el hostal justo a lado.
Salto, golpe, patada, repite el ciclo algunas veces y, en apenas uno o dos minutos, todo el pequeño pueblo ha sido convertido en ruinas.
Su risa fue tan ruidosa que probablemente se escuchaba hasta la oscuridad de la cascada a cientos de metros de ahí.
Con la misma energía y locura, Chaos se apresuró a agarrar al humano que trataba de recobrar la consciencia, levantándolo por el buso de su suéter azul con una mano, y sosteniendo su rostro con la otra, forzando uno de sus ojos a abrirse usando dos dedos.
- — ¡¿LO VES, ENANO?! ¡¿VES TODA LA DIVERSIÓN QUE SE PUEDE TENER INCLUSO SIN UN ALMA EN EL LUGAR?! ¡¿ACASO TU PEDAZO DE PLÁSTICO Y TU ESTRELLA DORADA PODRÍAN HACER ESTO?! ¡¡MÍRALO, INÚTIL, MIRA EL PODER QUE NUNCA TENDRÁS!!
Al debilitado niño no le quedaban fuerzas para contratacar, solo pudo ahogar un grito cuando sintió un golpe tan fuerte en ambos brazos que acabaron fracturados, de igual manera con sus piernas.
- — Aún si despiertas, ¡¡no podrás escapar!! ¡¡Ni siquiera tienes bocadillos mágicos para recuperarte, JAJAJA!!
O espera, tal vez quedó algo de lo que tomé...
Ella sostiene en su mano un dulce de canela con forma de conejo.
- — ¡Te lo dejo justo aquí, tómalo cuando quieras! — Dejando este dulce pedazo de esperanza en la nieve a exactamente un metro del humano, quien había quedado completamente incapacitado.
- — ¡¡ALTO AHÍ, Y DEJA A ESE NIÑO EN PAZ!!
- — ¿Huh? — La sorpresa no borró la sonrisa retorcida en su rostro.
Un caballero de brillante armadura fue el que llamó su atención, venía acompañado de más guerreros acorazados, por lo menos una docena.
- — ¡Humana, o lo que quiera que seas, sabemos que has provocado no solo la destrucción de este pueblo, si no un genocidio completo de todos los inocentes habitantes de este bosque! ¡Será mejor que tires todas tus armas y te rindas ante la justicia!
- — Hey, en primer lugar, ¡yo no ocasioné el genocidio! Fue este mocoso de aquí. — Señalando lo que estaba más cerca de ser un cadáver que una amenaza. — ¡Deberían agradecerme porque detuve su masacre!
En segundo lugar, yo no traigo armas, ¿o acaso debo usarlas ahora? ¡No tengo problema con eso, montón de-
Lo que dijo a continuación es mejor no escribir aquí.
Primero arrojó una bala mágica a un punto aparentemente aleatorio de los escombros de lo que alguna vez fue un bar, para mandar a volar pedazos de madera y revelar una rockola que, con el golpe de magia recibido, empezó a funcionar (después de mucho tiempo) y reproducir música para bailar.
Y sin perder más tiempo, Chaos agarró uno de los pedazos de madera de los escombros del pueblo, envolviéndolo con un poco de su energía mágica, para arrojarlo directamente al primer guardia enfrente suyo. Una combinación de buena puntería con una gran potencia de tiro hizo a esta lanza improvisada atravesar completamente el yelmo de su primera víctima, convirtiéndolo en polvo casi al instante.
Todos los demás guardias se apuraron a rodear a su objetivo, lanzando balas mágicas desde todos lados, ella se dedicó únicamente a esquivar las balas moviéndose de lado a lado, con gracia y estilo, casi como bailando.
Con la misma agilidad, tomó dos pedazos de madera en forma de estacas y con ellas noqueó a los dos guardias que estaban más cerca de ella. Una estrella mágica un especialmente grande estaba por alcanzarla, rápidamente logró esquivarla con otro paso, aparentemente, de baile, y luego mandaría a volar de una patada al guerrero que había disparado esa bala.
Salta sobre el siguiente en su mira y con una gran tabla de madera en sus manos dio tres buenas bofetadas a su oponente, dejándolo fuera de combate. Otro se apresuró a disparar otra bala mágica hacia la humana mágica, pero ella rápidamente usa a su actual presa como escudo "monstruoso".
Encontrando lo que parecía una piedra a sus pies, patea esta arma hacia el siguiente enemigo que mira, tumbándolo de inmediato para luego caer sobre él con un largo y afilado pedazo de madera, y apuñalarlo hasta que se desvanece en la nieve.
De un puñetazo en el casco a un guardia y un certero lanzamiento de una estaca hacia otro, acaba con ambos, y luego esquiva más balas mágicas sin mayor esfuerzo.
Dejándose llevar por la música de fondo, deja sus brazos moverse al ritmo durante unos segundos antes de que venga otra oleada de guardias reales a atacarla.
De una simple patada a uno de ellos, logra derribar a otros tres. Al siguiente lo toma por el cuello y le arranca la cabeza, lanzándolo al aire y dejando el resto caer al suelo que ahora tenía tanta nieve como polvo. Tres golpes y deja al siguiente noqueado, rematando con una patada. Con el primer trozo de madera que encuentra en el suelo, lo potencia con su magia y golpea a los cuatro guardias que quedan, haciendo a todos desvanecerse.
La rockola finalmente deja de funcionar.
Chaos mira a su alrededor, solamente hay escombros cubiertos de nieve y polvo, y se siente satisfecha de su reciente hazaña, ¡cuánto tiempo habría pasado desde la última vez que peleó contra una oleada de esta forma!
Después voltea al árbol de navidad, que extrañamente sigue intacto, y al humano que se mantenía en el suelo, boca abajo e inmóvil.
- — Descuida, mocoso, ya se fueron los payasos esos. ¡Despierta, que tenemos que ir al siguiente show!
No hay respuesta.
- — ¿Estás ahí?
Para amarga sorpresa de ella, una estrella dorada aparece frente a Chaos, como llamándola a usar su nuevo poder.
- — PERO LA-
Nuevamente, lo que dijo a continuación no es conveniente escribirlo aquí.
Maldijo todo lo que pudo, frustrada de que el humano decidiera morirse y darle esa estúpida estrella que no podría usar.
Descontrolada por la rabia y el azúcar, pisotea la estrella hasta quebrarla completamente y hacerla desaparecer.
- Un temblor.
- Todo iba a colapsar.
- — ............
Apuntando con su mirada al techo de la caverna, con una torpe sonrisa en su cara.
- — ¡¡Bueno, fue un gusto visitar este lugar, buena suerte con el colapso de su existencia!!
Al mismo tiempo que la línea temporal se fragmentaba hasta quedar hecha trizas, Chaos Chara escapó hacia la infinidad de mundos que pudo haber visitado antes, o que le quedaban por explorar.